La preservación del Centro Histórico de Cajamarca

Por: Jaime Rodrigo Silva Santisteban
En el Perú, el Ministerio de Cultura es el principal organismo encargado de la preservación, conservación y restauración de bienes culturales muebles e inmuebles, es por ello que su autorización es imprescindible para la realización de investigaciones nacionales y/o extranjeras de nuestro patrimonio, así como para realizar cualquier intervención.
A lo largo y ancho del territorio nacional se conservan Centros Históricos de gran importancia por ser muestra de la influencia de la conquista española en nuestro país. Es así que la forma física de las ciudades fue cambiando poco a poco. Se crearon nuevos centros urbanos cuya característica eran los típicos “dameros”, es decir, la distribución de manzanas cuadradas o rectangulares dispuestas alrededor de una plaza principal a partir de la cual las ciudades iban creciendo bajo ese mismo esquema.
En la actualidad, la Dirección de Centros Históricos, a través de la Dirección General de Patrimonio Monumental e Histórico del Ministerio de Cultura, y las Municipalidades, se encargan de velar por la conservación de los Centros Históricos.
Cabe señalar que algunos de ellos han merecido ser reconocidos como Patrimonio Cultural de la Humanidad, tal es el caso del Centro Histórico de Arequipa, el Centro Histórico del Cusco y el Centro Histórico de Lima, sin embargo, las ciudades de Trujillo, Ayacucho y Cajamarca, entre otras, seguramente podrán recibir tal reconocimiento en el futuro, pues se constituyen en ejemplos vivos de una impresionante arquitectura colonial y virreinal.
AMBIENTES URBANO MONUMENTALES
Al igual que las Zonas Monumentales, los Ambientes Urbano Monumentales son numerosos en nuestro país. Generalmente las plazas principales de cada departamento han sido reconocidas como tales, pues se constituyen en focos urbanos de gran relevancia no sólo por sus calles y avenidas, sino también por la arquitectura que las delimita, La preocupación por la protección del pasado prehispánico, colonial y artístico monumental se prolongó a través de las sucesivas Constituciones Políticas que ha tenido el Perú hasta la fecha, reconociendo todas ellas el deber del Estado en la salvaguarda de nuestra herencia cultural e incidiendo particularmente en la preservación del Patrimonio Cultural de la Nación.
RESPONSABILIDAD DE TODOS
La protección del patrimonio, es responsabilidad de cada ciudadano, así como del Estado. Para ello una primera tarea es CONOCER cuál es nuestro patrimonio que nos permitan desarrollar estrategias de USO, CONSERVACIÓN y PUESTA EN VALOR.
¿Qué pensaríamos de una persona que malgasta, derrocha o daña su herencia? y, en el caso que esta persona tuviera hijos o nietos, ¿no nos compadeceríamos de los mismos, señalando que se han visto perjudicados irremediablemente? Lo mismo sucede a diario con los bienes culturales que integran nuestro patrimonio. Todos ellos requieren de un cuidado y de técnicas de conservación que nos ayuden a mantener en buen estado aquellos bienes que hemos heredado de nuestros antepasados. Sin embargo, son muchas las personas que todavía se muestran indiferentes sobre el tema, cuando no contribuyen a agravar los daños. Conservar nuestro patrimonio cultural es muy importante porque tenemos la obligación de transmitirlo a las generaciones futuras, porque es una fuente de información que nos habla de dónde venimos y porque nos permite establecer vínculos estrechos entre nosotros y con nuestro territorio. Al igual que todo padre y madre que quieren dejar bien provistos a sus hijos, debemos preocuparnos para que nuestros hijos y nietos puedan contar con los testimonios
Si dañamos o destruimos un objeto o una construcción que fue creada hace cientos de años, ya no las podemos recuperar. Podemos intentar reparar el daño a través de la restauración, por ejemplo, pero el objeto nunca será el mismo. Por eso decimos que el patrimonio cultural es un recurso no renovable.
Muchas personas creen que pueden hacer lo que les plazca con sus propiedades, sin embargo esto no es así: Según lo refiere el Dr. Iván Ortiz Sánchez (Ortiz Sánchez, 2010, pág. 116), la propiedad es un derecho de carácter constitucional, dado que se encuentra regulada en el artículo 2º, inciso 16 y artículo 70º de la Constitución Política del Perú; que ha sido reconocido como tal por tratarse de un derecho fundamental inherente a la persona humana y que, a su vez, le permite ejercer el poder jurídico más amplio que existe sobre un bien; es decir, usar, disfrutar, disponer y reivindicar o recuperar un bien. Sin embargo, realiza la acotación de que dicho poder a pesar de ser amplio, no es ilimitado, dado que es la Constitución misma y la Ley las que se encargan de regular los límites que se establecen al derecho de propiedad, pues ésta debe ejercerse en armonía con el interés social.
Por ello se puede definir a los actos materiales como aquellos que están referidos a la libertad que tiene el propietario para usar, gozar y disfrutar sus bienes, siempre teniendo en cuenta los límites y restricciones impuestos por la Ley.
Las limitaciones, en nuestra Legislación se conocen como “restricciones” Código Civil 2011, pág. 234, art. 925°), podemos señalar que ellas reducen el poder que normalmente tiene el dueño sobre su bien; y en esa línea acorde a nuestra legislación, estas limitaciones (restricciones) se pueden originar por causa de necesidad y utilidad pública o de interés social.
Entre las limitaciones los más frecuentes tenemos: 33 a) Altura máxima de edificaciones, en armonía con la zonificación aprobada. b) Autorización previa, para abrir puertas, ventanas, y variación de planos. c) La Fijación de conservar el alineamiento y la de no sobrepasar las alturas máximas permitidas.
LA PROBLEMÁTICA DE LA CONSERVACIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO DE CAJAMARCA
Actualmente existe una problemática en torno a la relación de la propiedad privada y la conservación del patrimonio cultural en nuestra ciudad, esta problemática se puede asegurar que ha sido causado por tres factores sustanciales: La deficiente actuación de las autoridades designadas para el cuidado del patrimonio cultural de Cajamarca; el desconocimiento de los propietarios de la finalidad de las normas referentes al patrimonio cultural y la falta de entendimiento de parte de éstos últimos de la primacía de éste derecho de carácter público sobre su derecho privado.
Hace mucho tiempo este problema persiste y se agrava tanto por el actuar de las autoridades encargadas de su conservación, como por el afán de los propietarios de realizar en sus propiedades los cambios que estiman por pertinentes; la falta de conculcar intereses está originando muchos conflictos, por un lado las autoridades tratando de controlar este deterioro y por otro lado los dueños de las propiedades tratando de sacarle la vuelta a las autoridades, más esta situación debe y tiene que solucionarse, porque lo que al final queremos es que nuestro patrimonio cultural se preserve , pero por otro lado los propietarios tengan cierta flexibilidad para adecuar sus propiedades acorde a sus necesidades y mientras no logremos un acuerdo, seguiremos enfrentados, por un lado las autoridades persiguiendo a los “Infractores” y por otro lado los propietarios tratando de hacer lo que les parece; al final que tenemos: Un Centro histórico destruido y unos propietarios demandados, esto de que nos sirve, en consecuencia estimo que es imprescindible que se sienten bases para conculcar ambos intereses.
Qué es lo que tendríamos que lograr, por un lado Un Ministerio de Cultura que no diga “No” a toda intervención en construcción civil y por otros lado la aceptación de los propietarios que viven en un lugar que es patrimonio cultural de un pueblo y que deben adecuarse a las normas legales para su conservación, más muchas veces he escuchado la pregunta ¿Qué gano con mantener mi propiedad? Es allí donde el Estado debería establecer incentivos tanto tributario, como financieros y además oportunidades de obtener un beneficio extra por mantener y conservar el patrimonio que al final es obligación del Estado.
Sin embargo, no es nada fácil lograr ese acuerdo o compromiso, pienso que para ello lo primero que tendremos que lograr es que los conservadores se pongan de acuerdo que es lo esencial que debe conservarse, porque a veces llegan a ser extremistas y prácticamente no quieren nada que sea cambio o modificación, es decir no podemos hablar de conservación de un inmueble sin permitir algunas modificaciones, ejemplo podríamos cambiar los materiales constructivos (Tapial por adobe, nuevos adobes, Teja andina por teja de arcilla, e incluso ladrillo) y conservar el estilo (Altura, revestimiento, material de las puertas, ventanas, entre otros), con esto lograremos un Centro Histórico que conserva su estilo pero que se adapta a nuevos tiempos y necesidades de sus moradores.
Un Centro Histórico debe ser un espacio vivo, donde la gente la ocupe para vivir, no queremos un Centro Histórico que sea un museo y que la gente pregunte ¿A qué hora abren el Centro Histórico?
“Hagamos de nuestro centro histórico sea declarado patrimonio cultural de la humanidad y que ese título sea una oportunidad para lograr un beneficio económico para los moradores, solo así lograremos su preservación en el tiempo”.