
Por Daniel Sáenz More
Al rescate de Caxamarca
Hace 50 años, un 31 de marzo de 1971, el sacerdote Juan Medcalf, párroco de Baños del Inca, celebró su cumpleaños dando inicio al proyecto de bibliotecas comunales campesinas que ahora se extienden por toda la región Cajamarca y algunas provincias de los departamentos aledaños.
No fue una tarea fácil porque en aquellos de dictadura militar las organizaciones populares autónomas no eran bien vista por las autoridades. Sin embargo, las primeras semillas fueron abriendo el camino con paz, compromiso con los pobres y sabiduría entre las comunidades de la ruralidad cajamarquina. Con el paso de los años, más de 400 bibliotecas dan fe de un trabajo de desarrollo comunitario, de preservación de los saberes ancestrales, de conservación de nuestro patrimonio rural y de una extensa organización popular democrática. Más de 200 títulos se han publicado en estos 50 años y miles de campesinos han tenido acceso a los libros i a una lectura reflexiva de la realidad.
El trabajo de Bibliotecas Rurales es un ejemplo de organización y trabajo de Cajamarca al mundo que ha sido reconocido con premios nacionales e internacionales, pero sobre todo con el agradecimiento y compromiso de los comuneros que ven en sus anaqueles andantes unas valiosas herramientas de desarrollo i de defensa de sus derechos.
La Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca cumple medio siglo de trabajo ininterrumpido y de la mano de Alfredo Mires, su coordinador general, vendrán muchos años más. Felicitaciones, Alfredo y hermanos de la Red por habernos legado uno de los tesoros más valiosos de nuestra tierra y por representar un ejemplo de Cajamarca al mundo que merece replicarse en todos los rincones de nuestro país.
¡Feliz 50 aniversario, Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca!
CUMPLIR 50
Red de Bibliotecas Rurales
Quienes ya hemos pasado por esa celebración sabemos que cumplir 50 significa cumplir bastante. Por ello, muchas veces solemos mirar el pasado con nostalgia; al repasarlo a veces, incluso, nos entran las ganas de volver el camino hasta el punto donde sentimos que algo falló y cambiar entonces nuestra historia. Felizmente, este no es el caso de nuestra Red.
Y es que Bibliotecas Rurales no retrocede cuando necesita cambiar algo o mejorarlo: solo se anima y reanima, se regenera y reconstruye con su propia historia. En la Red revisamos “todo lo que fuimos para saber quiénes queremos seguir siendo”, como dice Alfredo.
Son 50 años de un caminar incansable por tantos y tantos lugares, de conocer personas y hacerlas familia. De llevar libros y esperanza, de leer y compartir la sabiduría que se recoge de un pueblo para llevarla a otros pueblos.
50 años en que se sigue construyendo, animando procesos; a veces revisando lo que se hizo, inventado y reinventado, adaptándose a los cambios, a los recursos, a las necesidades que van surgiendo.
Y nunca retrocediendo; si acaso, quizá descansando un tantito para respirar, tomar un nuevo impulso y arrancar otra vez la caminata.
La Red cumple 50, con cuarentena, con pandemia, pero también con fuerza y con muchas ilusiones.
Acá seguimos, aquí estamos.
¡DESPIERTEN, LA FIESTA DE BIBLIOTECAS YA EMPEZÓ!
Nuestra Red de Bibliotecas Rurales se vino forjando de a poquitos y sin hacer ruido. Y así, casi sin darnos cuenta, hemos llegado a los 50 años.
Nos hubiese gustado celebrar con una gran Asamblea, saliendo al Apu Qayaqpuma, cargando libros y fiambres para hacer la ofrenda a nuestra madre tierra, escuchando los cuentos de nuestros mayores, riendo con las obras de teatro que preparamos, cantando, aprendiendo en los círculos de lectura alrededor del fogón, con un poco de baile también y, como buenos comuneros, disfrutando de nuestra rica comida.
No habrá una celebración de esa laya, pero estamos juntos. Porque sigue el entusiasmo, siguen las ganas; porque nos extrañamos, porque nos recordamos. Y cada quien en su comunidad compartirá sus anécdotas y se disfrutarán los libros, los afiches y almanaques que han llegado para avisar que la fiesta ya empezó.
En su seno se cobijan nuestros recuerdos y ancestros; en sus archivos está la esencia de las voces de todos: mayorcitos, mujeres, niños; en las Asambleas está el pálpito de toda nuestra familia; en sus libros están plasmados los nombres y los cuentos de nuestra gente; en su sede están las manos de los comuneros. La Red está en cada comunidad, en cada casita con sus libros, en cada círculo de lectura, en cada chacrita trabajada con esmero, en cada laguna, en cada apu, en cada pampa y río, en los pumas, zorros y ulluays; en cada colibrí, en cada flor, en cada alma y corazón de este gran ayllu arropador.
La Red es nuestra alma, es el camino pleno hacia el recuerdo y la reverencia, el ritual y la armonización. Es la canción alegre y permanente de la minga, la comunidad, la co-responsabilidad, la sintonización de todos los mundos y los seres: el mundo de acá, el mundo del interior, el mundo de arriba, el mundo de allá; juntos estamos, juntos nos complementamos y nos criamos, nos sabemos chacra-piedra-montaña-animalito y río.
La Red es alma y cuerpo, vibración y enhebramiento con la tierra y el sol.
Textos tomados del blog:
http://bibliotecasruralescajamarca.blogspot.com/
“Ayer 31 de marzo al cumplir 50 años, la Red de Bibliotecas Rurales como parte de sus celebraciones, lanzó al mediodía su canal de You Tube”. https://www.youtube.com/channelUCTg8LyGETtyzYhNkO_GraiQ
