A una semana después de la demolición de la Iglesia de San Bernardino, hecho perpetrado los días 25, 26 y 27 de noviembre, se han sumado numerosas protestas de sampablinos residentes en otras ciudades del país, pues consideran un hecho delictuoso sin precedentes pues además se han profanado las tumbas del subsuelo de la Iglesia, allí existentes desde la colonia, ya que era costumbre enterrar a los cristianos fallecidos en los mismos templos. “Los profanadores han actuado como los extirpadores de idólatras coloniales y llama la atención que hasta ahora ninguna autoridad de todos los niveles y sectores del Estado se haya pronunciado ante este vil atentado de lesa cultura, convirtiendo a la provincia de San Pablo, en un pueblo sin ley” comentan indignados los ciudadanos.
Dato:
Antes de la demolición, una comisión de la dirección DDC viajó hasta el distrito de San Bernardino, allí se reunieron con personal de la Municipalidad Distrital y con la Iglesia. Un informe con recomendaciones fue remitido al municipio, dónde sugirieron el apuntalamiento, arreglo de techos, resanes, pero jamás orientaron la demolición.
El Ministerio Público debería efectuar las investigaciones correspondientes y sancionar a los ejecutores de tamaño delito de lesa cultura, que caería la responsabilidad en el alcalde distrital y provincial, se expresa en las redes sociales.