EL CAMBIO CLIMÁTICO ES YA UNA REALIDAD

 

El ciclón Yaku, el Fenómeno del Niño Costero, el Niño Global, La Niña, las heladas intensas en el centro y sur, las granizadas y nevadas continuas en lugares donde antes no lo eran, el calor insoportable en la costa por más tiempo de lo esperado, la reducción de la cobertura glaciar en las montañas andinas en más del 70% en algunos casos, los oleajes anómalos, las lluvias permanentes en la costa. ¿es casualidad? No, estamos sufriendo ya las consecuencias del cambio climático.

Hace algunos años conversando con un experto en climatología del SENAMHI en Lima, me decía que los efectos del Cambio Climático eran muy difíciles de registrar sin confundirlos con los fenómenos naturales y estacionarios, ya que éstos se dan de manera periódica, lo cual, me explicaba, es normal. Sin embargo, tener al mismo tiempo tantas “desgracias” ocasionadas por la naturaleza. Por lo menos a mí no me parece común.

Y es que no podemos sumarnos a los discursos negacionistas de ultraconservadores como Trump o Bolsonaro, quienes de manera mañosa se niegan a cambiar sus matrices energéticas, pese a que las ecológicas son mucho más económicas y accesibles.

El problema, sin embargo, no es sólo de política mundial. Cada factor contaminante da lugar a pequeñas proporciones de gases de efecto invernadero, que sumadas de a pocos terminan contribuyendo a matar al planeta. Nuestra única casa global.

Sí, es cierto, estamos en un momento donde todo gesto suma. Cada botella de plástico evitada, o cada deshecho recuperado del río o de una laguna es un punto a favor, cada árbol conservado en los pocos espacios verdes con los que cuenta Cajamarca es un respiro para la ciudad y el mundo; la forestación, el cuidado del agua, la reducción de los residuos sólidos a través del reciclaje aportará a salvar el planeta tierra.

Y mucho mejor si se trata de políticas públicas dictadas desde los gobiernos locales, no hay incentivo a quienes segregan los residuos, en especial los altamente contaminantes, como aceites comestibles utilizados, pilas, baterías de celulares o artefactos viejos. No tenemos una autoridad que apueste por reducir la contaminación en Cajamarca.

No es posible que mientras vemos la situación crítica que nos presenta la naturaleza, las municipalidades en general, desde la provincial hasta las distritales permitan lotizaciones en áreas rurales y verdes, dentro de poco el otrora hermoso valle de Cajamarca, se convertirá en un hoyo lleno de cemento, sin plantas, ni pastizales y menos bosques. Necesitamos una Zonificación basada no sólo en materia económica, sino también ecológica.

El cuidado del medio ambiente es responsabilidad de todos, y tiene que ver con gestos que parecieran “insignificantes” como apagar un foco, o usar uno ahorrador, o cerrar la ducha a la hora de jabonarse, o desenchufar los artefactos que no se están usando.

No veamos los efectos del cambio climático alejados como lo que sólo podemos ver en la televisión, así como resultó ser real ver a gente cubierta con mascarillas y protectores faciales, sin ser una película de terror o de ciencia ficción; no estaría lejos que en un mañana no muy lejano terminemos vistiendo ropa especial para evitar la radiación ultravioleta, cuando en Cajamarca ya tenemos niveles de radiación UV por encima de los 18 puntos en algunas ocasiones.

Una repasada al “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago nos obliga a pensar que algo tan creído de un libro de ficción, sino de realidad muy próxima.

El director.